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La Berlinale se vuelca de nuevo con el cine de Jafar Panahi

El festival vuelve a reconocer otra obra reivindicativa del director iraní

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17/02/2015

El Festival Internacional de Cine de Berlín, más conocido como la Berlinale, ha otorgado el Oso de Oro a la película ‘Taxi’ de Jafar Panahi. El ‘falso documental’ no solo se ha hecho con el Oso de Oro sino que también ha logrado el premio de la Federación Internacional de Críticos de Cine. Un reconocimiento al cine político de Panahi que acentúa la estrecha relación entre el cineasta y el festival.

El primer contacto fue en el año 2006, cuando la Berlinale le otorgó el Oso de Plata por la película ‘Offside’, en la cual el director Jafar Panahi retrató cómo en Irán las mujeres tienen prohibido asistir a los partidos de fútbol. Una película en clave de humor usada como pretexto para reivindicar los derechos de las mujeres iraníes. Sin embargo, tan solo 4 años más tarde, las autoridades de Irán detenían al cineasta Panahi mientras rodaba una película sobre las manifestaciones contra la relección de Mahmoud Ahmadinejad en el año 2009.

Haciendo eco de su condición, el Festival Internacional de Cine de Berlín, en el año 2011, decidió hacerle miembro del jurado ‘en ausencia’ mientras cumplía la pena de seis años acusado de hacer ‘propaganda contra el régimen’. A pesar de su dramática situación, la relación con el festival resurgía cuando en el 2013 se volvió a llevar un Oso de Plata por otra de sus películas: ‘Closed Curtain’. Una película llena de metáforas en la cual Panahi juega con su realidad y su condición, retenido en su casa, en distintas realidades paralelas.

Este año el festival ha otorgado el Oso de Oro a la película ‘Taxi’. Un nuevo gesto solidario con el director que actualmente cumple una pena de 20 años de inhabilitación artística. Un retrato de la realidad iraní donde Panahi, asumiendo el rol de taxista, narra una serie de historias cotidianas que se mezclan acertadamente, desde un tono más cómico a uno más dramático. Una nueva entrega de cine denuncia en el cual Panahi dibuja las limitaciones que separan la vida del arte y la realidad de la ficción. Una película combativa con voz propia que desafía las restricciones a la libertad de expresión y al régimen del Gobierno iraní.

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