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Notas de la directora
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11/01/2011
Los periódicos pierden páginas durante el verano. Parece que nadie los lea, y quizás es cierto, y sólo hojeaba la publicación el día que me topé con el germen del guión de Blog: la noticia de un embarazo múltiple en la localidad americana de Gloucester.
Una locura, por supuesto, por la edad de las chicas (todas menores de 15 años), por el número de embarazos (17) y porque se trataba de un acuerdo entre ellas para llevarlo a cabo al mismo tiempo.
Después, buscando más información sobre lo sucedido (a menudo una se obsesiona porque sí), encontré la motivación para hacer una película: en las diligencias del centro educativo por esclarecer el caso, se recogía el testimonio de una de las chicas que declaró hacerlo para "tener a alguien que las quisiera para siempre".
Esa frase invalidaba cualquier aproximación sórdida al asunto. ¿Acaso puede haber mayor romanticismo, inocencia y fuerza que ésta para hacer las cosas?
Repasando mis propios diarios de adolescente reparé en lo poco que distaban mis sentimientos y los de mis amigas, de los que podía leer ahora on-line, escritos por cualquier niña de 16 años.
Las diferencias, el modo en que se tejen sus redes sociales, impensables sin los móviles, el ordenador, internet, y todas las herramientas tecnológicas con las que registran su día a día. Medios de grabación y difusión que han alterado los códigos de los que es público y privado. Se muestran, se reinventan y se comunican.
Hablar de los adolescentes ahora irremediablemente era hablar de esto, y quería que se plasmara en la manera de narrar la historia.
Blog ha sido explicada y grabada por sus protagonistas, jugando con los límites entre la realidad y la ficción. Conocer a este grupo de chicas es enamorarse de ellas; "sentir" como ellas hasta que uno se re-encuentra con la intensidad de su propia adolescencia.
Si rodar una primera película es intenso, rodar Blog ha sido la experiencia más intensa que podría imaginar.
Elena Trapé
Los periódicos pierden páginas durante el verano. Parece que nadie los lea, y quizás es cierto, y sólo hojeaba la publicación el día que me topé con el germen del guión de Blog: la noticia de un embarazo múltiple en la localidad americana de Gloucester.
Una locura, por supuesto, por la edad de las chicas (todas menores de 15 años), por el número de embarazos (17) y porque se trataba de un acuerdo entre ellas para llevarlo a cabo al mismo tiempo.
Después, buscando más información sobre lo sucedido (a menudo una se obsesiona porque sí), encontré la motivación para hacer una película: en las diligencias del centro educativo por esclarecer el caso, se recogía el testimonio de una de las chicas que declaró hacerlo para "tener a alguien que las quisiera para siempre".
Esa frase invalidaba cualquier aproximación sórdida al asunto. ¿Acaso puede haber mayor romanticismo, inocencia y fuerza que ésta para hacer las cosas?
Repasando mis propios diarios de adolescente reparé en lo poco que distaban mis sentimientos y los de mis amigas, de los que podía leer ahora on-line, escritos por cualquier niña de 16 años.
Las diferencias, el modo en que se tejen sus redes sociales, impensables sin los móviles, el ordenador, internet, y todas las herramientas tecnológicas con las que registran su día a día. Medios de grabación y difusión que han alterado los códigos de los que es público y privado. Se muestran, se reinventan y se comunican.
Hablar de los adolescentes ahora irremediablemente era hablar de esto, y quería que se plasmara en la manera de narrar la historia.
Blog ha sido explicada y grabada por sus protagonistas, jugando con los límites entre la realidad y la ficción. Conocer a este grupo de chicas es enamorarse de ellas; "sentir" como ellas hasta que uno se re-encuentra con la intensidad de su propia adolescencia.
Si rodar una primera película es intenso, rodar Blog ha sido la experiencia más intensa que podría imaginar.
Elena Trapé
