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París, la ciudad del amor, en 10 películas

Una lista con las cintas que mejor han fotografiado la capital francesa

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21/10/2014

Por Icíar Palacios

Muchos la llaman la ciudad del amor (y puede que lo sea. Aunque a algunos no nos ha dado nunca buena suerte) pero, sin duda, París también es una de las grandes urbes del cine. Y es que pocas localizaciones (con permiso de Nueva York y Roma) han sido tan empleadas como la capital francesa como escenario para desarrollar todo tipo de tramas. Tantas como caras tienen sus calles, verdaderos platós una y mil veces retratados en la pantalla grande.

Sus calles empedradas, las misteriosas orillas del Sena, la grandeza de sus avenidas, su emblemática Torre Eiffel y el antiguo barrio de Montmartre… Todo, absolutamente todo en la cosmopolita París, invita a desenfundar la cámara, darle al botón de REC y soñar. Eso sí, como ahora veremos, hay algunos más dulces que otros…

1. Los 400 Golpes

París, década de los 50. François Truffaut nos presenta a Antoine Doinel, un niño atrapado en una infancia de soledad, desprecio e incomprensión. El blanco y negro de la cámara conmueve hasta doler en la retina del espectador y acentúa la belleza melancólica y la presencia de distintos rincones de la capital de Francia. Y es que París aquí luce rutinaria, pero también desafiante; al igual que la vida cuando uno no tiene mucho que perder.

A destacar en lo que a “cinematografía turística” se refiere la secuencia en que los compañeros de clase de Antoine van escapando de la fila que encabeza su profesor de gimnasia. Ejemplo sobresaliente del mejor cine testimonial; un cine sin miedo a mostrar un París provinciano y, quizás, distinto al que estamos acostumbrados a ver.

2. Al final de la escapada

Un ladrón de coches (Jean Paul Belmondo) huye, despavorido, de Marsella a París. En su escapada, mata a un policía; pero no se detiene hasta llegar a su destino, la ciudad de la Torre Eiffel. Allí no duda en robar a una amiga y en seducir a Patricia (una Jean Seberg en estado de gracia), una joven americana que sueña con escribir en el periódico que vende ahora por los Campos Elíseos. Michael se cree a salvo, pero, entre café y café parisino, la policía le pisa los talones. Obra de culto dentro de la nouvelle vague francesa en la que el mismísimo Jean-Luc Godard, su director, hizo un cameo.

3. Antes del atardecer

 

Diez años más tarde del idílico encuentro a bordo de un tren en Viena, Ethan Hawke y Julie Delpy se vuelven a ver en París. Por el camino se quedó una promesa incumplida de verse, pero la que fuera una de las mejores parejas cinematográficas de la década aún tiene mucho que decir (se). Clásico por méritos propios del cine romántico reciente, ‘Antes del Atardecer’ es, además, un verdadero paseo por la ciudad del Sena. Si aún no conoces sus parques, sus cafés, la mítica librería ‘Shakespeare & co’ o el muelle de Henri IV y tienes ganas de hacerlo, esta es tu película.

4. Amèlie

Los ojos de Audrey Tautou (quien a pesar de algunos excelentes trabajos posteriores no ha podido alejarse de su personaje en esta película) nos mostraron en ‘Amélie’ el París más romántico y fantástico. Gracias a ella conocimos rincones de la ciudad que tras el estreno de la cinta se convirtieron casi en lugares de peregrinación, como la verdulería de Monsieur Collignon (en la rue des Trois Frères, frente al passaga des Abbesses) o el Café des Deuz Moulins, en el número 15 de la Rue Lepic. Imposible de olvidar, además de ese beso entre Amèlie y el Señor Quincampoix en el marco de la puerta de su casa, el recorrido por París marcado por las flechas azules. Pura magia.

5. Soñadores

Mayo de 1968, París. Dos hermanos muy bien avenidos (demasiado, en realidad) conocen a un joven americano con el que terminan formando un peculiar trío emocional, amoroso y político. Son jóvenes, son estudiantes y viven un momento de gran inquietud y movimiento social que, sobre todo, se siente en las calles de París, donde las manifestaciones se suceden día sí, día no. Aunque no está a la altura de otras películas de Bertolucci, una le tiene mucho cariño, por ese homenaje que hace a cintas tan magníficas como ‘Jules et Jim’, ‘Persona’, ‘Scarface’, ‘Paisà’ o ‘À bout de soufle’. Inteligente y exigente. ¿Qué más se puede pedir?

6. Midnight in Paris

Woody Allen tiene la capacidad de convertir, como pocos directores más, los lugares donde rueda en un personaje más de la trama. Y eso, y no otra cosa, es lo que hace en ‘Medianoche en París’, su “guía parisina” estrenada en 2011. Si bien la cinta ronda la idea de que “cualquier tiempo fue mejor”, lo que queda claro es que, bien en el pasado, bien ahora, París es, simplemente, majestuosa, además de como decía el amigo Hemingway, “una fiesta”.

7. Una cara con ángel

Hay quien dice que fue el último gran musical de la época dorada del cine y puede que no le falte razón. Elegante, divertida, y con una mezcla casi perfecta de aventura y romance, esta cinta protagonizada por una adorable Audrey Hepburn nos muestra un París clásico y bohemio. Ese París en el que muchos nostálgicos querrían vivir.

8. Un americano en París

Si ‘Un americano en París’ acumuló en su día tantos Oscar (6) y Globos de Oro (incluido el de Mejor Película) no fue porque sí. Esta película musical producida por la Metro se sigue disfrutando tanto hoy como entonces. Si aún no la has visto, corre a comprarla o alquilarla y déjate seducir por esta historia ambientada en la Segunda Guerra Mundial, donde un pintor americano se deja enamorar por París y el barrio de Montparnasse… y por una bonita dependienta que le hará suspirar como si lo fueran a prohibir.

9. Ratatouille

¿Para qué inventar un escenario, aunque se pueda, si siempre está a mano reproducir París por ordenador? Eso debieron pensar los creadores de una de las cintas de animación de 2007 y la ganadora del Oscar a mejor largometraje animado del año. Pocas ocasiones más para disfrutar del alcantarillado de la capital francesa en pantalla grande.

10. La invención de Hugo

 

Quizás por efecto de la pintura o de la fotografía, a menudo cuando uno piensa en París evoca imágenes de barcos de vapor navegando por el Sena y de lugares repletas de viajeros y humo. ¿Verdad? Pues ese es precisamente el “set” principal de esta cinta; una estación de tren de los años 30 donde vive Hugo, un niño huérfano que vive junto a una peculiar niña una gran aventura.

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