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'Las dos vidas de Andrés Rabadán', laberinto jurídico y psiquiátrico

La película de Ventura Durall se estrena el 4 de diciembre

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22/11/2009
MADRID, 23 (EUROPA PRESS) El director, productor y guionista catalán Ventura Durall eligió un tema "complejo" y "polémico" para abordar su primera película como realizador, Las dos vidas de Andrés Rabadán, que se estrena el próximo 4 de diciembre. En esta obra de ficción, Durall bucea en los "laberintos jurídicos y psiquiátricos" con la intención de abrir un debate social sobre los límites de la locura y el trato dado a los presos en el sistema penitenciario.

Su inspiración nació de un caso real, el de Andrés Rabadán, que en 1994, a los 19 años, mató a su padre (en un brote psicótico tras descubrir que éste violaba a su hermana) clavándole varias flechas, lo que llevó a la prensa a bautizarlo como el 'asesino de la ballesta'. También causó el descarrilamiento de tres trenes, en un accidente que no dejó víctimas.

Encarcelado desde hace quince años, Rabadán se dedicó al arte, haciendo dibujos y cuadros, y cuenta con el visto bueno de los psiquiatras, quienes dicen que "está curado".

"La primera cuestión que me interesó en ese caso fue por qué alguien con tanto talento artístico fue capaz de cometer crímenes como aquellos", declaró hoy Durall durante la presentación del filme, protagonizado por Àlex Brendemühl.

El director admitió que fue "complejo" penetrar en dichos "laberintos jurídicos y psiquiátricos" y declaró que, más que hablar de violencia, intentó "captar las esencias y la poesía" frente a la "dureza" de la historia.

Seleccionada para participar en los Festivales de Gijón, San Sebastián y Manheim, Las dos vidas de Andrés Rabadán cuenta la historia de Andrés, que, once años después de matar a su padre con una ballesta, planea escapar del psiquiátrico penitenciario en el que se encuentra encerrado. Pero la entrada de una nueva psiquiatra, la doctora Sara (Clara Segura), y su relación cada vez más íntima con Carme (Mar Ulldemolins), una enferma de la prisión, le hacen replantearse su huída y le sumergen en un viaje personal que le lleva a enfrentarse con su propio pasado.

Cartas y visitas

El realizador empezó a entrar en contacto con Rabadán en el año 2000, a través de cartas. Del intercambio de correspondencia y visitas a la cárcel, surgió el proyecto cinematográfico que ahora llega a las pantallas de cine.

Este periodo lleno de conversaciones y confesiones también dio pie a la publicación de varias novelas escritas por Rabadán (como Historias desde la cárcel), a un cómic (que editará Marvel) y a la realización de un documental dirigido por Durall (El Perdón) que han servido como punto de partida del largometraje de ficción.

El propio Rabadán coescribió el guión de la película junto a Durall, sobre todo las escenas de su infancia y adolescencia. Àlex Brendemühl (Las horas del día, El silencio antes de Bach, En la ciudad) construyó el personaje desde un enfoque personal a partir de varias visitas a Rabadán, a quien define de "persona afable, educada y tranquila". "Sigo teniendo una imagen distorsionada de todo y después de haberme metido en su piel, él continúa siendo un misterio", reveló el actor, quien se interesó precisamente por el lado artístico de Rabadán, "un mundo interior peculiar y tormentoso".

Por su parte, Mar Ulldemolins también visitó a Rabadán y conoció a la verdadera Carme. "Ella me explicó cómo hacían para encontrarse dentro de la prisión, parecían dos niños pequeños intentando engañar a sus padres", reveló la actriz, quien escuchó de Rabadán un relato sobre las dificultades de no tener a Carme a su lado.

Arte y debate

Durall detalló junto a su productor que la película tiene también intención de abrir el debate sobre los límites de la locura, el arte ("sus dibujos forman parte del proceso terapéutico") e incluso el sistema penitenciario, puesto que, en la obra, algunos carceleros aparecen como maltratadores.

"Hay personas buenas y malas en el sistema penitenciario. Pero está claro que la prisión existe para el castigo y no la rehabilitación", sentenció el director. "No volverse loco dentro de la cárcel es un reto y hemos querido romper con la idea del mito y del monstruo que nos ha llegado a través de los medios de comunicación", añadió Brendemühl.

Según Durall, Rabadán (a quien le quedan todavía cinco años de pena) aprobó el resultado de la película. Sobre el hecho de poner en libertad a un hombre que ha estado considerado un "enfermo mental", Durall argumentó que no le parece justo "poner a estas personas en una cueva y olvidarse de ellas" y recordó que los psiquiatras consideran que Rabadán está curado.

"Es una persona de mucho talento e inteligencia, capaz de radiografiarte con cierta celeridad. Eso asusta a algunas autoridades", concluyó Brendemühl.
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