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Molina Foix estrena su segunda obra, 'El dios de madera'

Es una "fábula moral sobre el encuentro fortuito de cuatro personajes"

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15/07/2010
MADRID, 15 (EUROPA PRESS) El director de cine y escritor Vicente Molina Foix ha asegurado este jueves, durante la presentación de su segunda película, El dios de madera, que no hace una película para contar una historia que puede "contar en una novela". "Me interesaba en este caso contar una historia en términos cinematográficos, y cuando hago películas no quiero hacer literatura", plantea.

El dios de madera, protagonizada por Marisa Paredes, es la segunda película de Molina Foix después de Sagitario, estrenada en 2001. Cuenta la historia de una doble pasión amorosa y un descubrimiento, enmarcados sobre el fondo de la inmigración ilegal en la ciudad de Valencia.

Sus protagonistas son Yao, joven senegalés que vende en la calle -en la película igual que en la realidad-; Rachid, marroquí peluquero por necesidad; María Luisa, una viuda madura que hace años fue actriz y que se enamora sorpresivamente de Yao; y su hijo Rober, que diseña páginas webs y siente un amor no verdaderamente correspondido por Rachid.

En rueda de prensa, Molina Foix explica que se siente como un escritor que ha hecho dos películas, y asegura que seguirá escribiendo y que le gustaría también "seguir haciendo más cine". Reconoce que se ha sentido "más seguro" de sí mismo, algo que aparte de a la experiencia achaca a que esta es una historia "más compacta" que la primera, con pocos personajes y "un mayor control del relato".

Destaca que los actores fueron un "apoyo esencial" durante los 31 días de rodaje, al tiempo que asegura que ha sido como su "graduación" y agrega que se ha sentido como "pasando una reválida en el cine". Como principal diferencia con las novelas, recalca que en el caso del cine los personajes "están alrededor y aportando cosas".

Uno de los actores siguen vendiendo en la calle

Acerca del protagonista senegalés, Madi Diocou, desvela que le descubrieron vendiendo bolsos en la Plaza de Cataluña de Barcelona. "Supe de inmediato que era él cuando le conocí en el casting. Él respondió muy bien en el rodaje y también fue por -la ayuda de- Marisa Paredes, que fue enormemente generosa", expone.

Sobre Diocou, agrega que actualmente sigue trabajando vendiendo bolsos y paraguas por Barcelona, aunque reconoce que le ha confesado que estaría encantado de hacer más papeles como actor "si surge" la oportunidad. "Se ha podido hacer una casa en su pueblo de Senegal, que ahora ha alquilado por 150 euros al mes, y ese dinero es para su familia. No vende películas, y le dije que si las vendía le echaba", bromea el director, para después agregar que "lo está disfrutando pero sin perder la cabeza".

Para el director, esta película es en el fondo una "fábula moral sobre el encuentro fortuito de cuatro personajes". Añade, además, que no es una película sobre la inmigración, ni un "alegato", sino una "historia sobre cuatro personajes que se necesitan para tapar sus carencias".

Marisa Paredes, por su parte, destaca que ella se involucra en los proyectos cuando, como en este caso, cree en ellos, y asegura que al leer el guión por primera vez ya pensó "que había una historia para contar y que Vicente podría contarla".

"Interesante trabajar con gente sin experiencia"

Asimismo, afirma que le gustaba su papel por tratarse de una mujer "con muchos problemas que resolver" y por la oportunidad de trabajar con actores desconocidos, ya que es "muy interesante trabajar con gente sin experiencia en el oficio porque aportan inocencia".

Así, plantea que la experiencia con Madi Diocou fue "riquísima", y relata que al principio estaba "muy rígido", aunque después "poco a poco se fue abriendo con mucha disponibilidad, algo que requería la historia". "Además, ellos no sabían muy bien quién era yo, y eso me venía también muy bien a mi", puntualiza.

En su opinión, la historia es el resultado de dos mundos enfrentados que "se encuentran", lo cual provoca sorpresa en los cuatro protagonistas. Remarca también que esa "manera de fundirse los cuatro lleva a algo inesperado, a cuatro soledades que dejan de serlo en la medida en que se encuentran y se apoyan".

Finalmente, sobre el premio recibido en el Festival de Málaga por su papel en esta cinta, la actriz asegura que todos los premios son importantes porque "reconocen el trabajo y dan alegría, al tiempo que pueden ayudar a la película", pero recalca que "el gran premio es precisamente la película, que es lo que queda ahí, mientras que los otros pasan y en cierto modo se olvidan".
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