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'Nadie sabe nada de gatos persas' se estrena el 16 de abril

El filme trata sobre las dificultades de hacer música en Irán

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05/04/2010
MADRID, 5 (EUROPA PRESS) "El 90% del arte producido en Irán es clandestino, tanto en la literatura, como en la música o la pintura", afirma el director kurdo-iraní Bahman Ghobadi, que presenta Nadie sabe nada de gatos persas. El filme se estrena el próximo 16 de abril y trata de la dificultad de realizar música en Irán.

La obra empieza con un guiño metalingüístico, en el que Ghobadi aparece cantando en un estudio (está grabando un disco en la vida real) y busca artistas para participar en una película sobre la música clandestina iraní. La idea inicial, de acuerdo con el director, era registrar la historia de dos cantantes lesbianas, pero Ghobadi acabó cambiando la historia al conocer a los jóvenes músicos Ashkan Koshanejad y Negar Shaghaghi, un chico y una chica que deseaban salir del país para formar una banda de rock 'indie'.

"Ellos se iban a Londres en 20 días, así que les pedí dos días para escribir un guión para que ellos protagonizasen. El rodaje tardó 18 días, el tiempo justo antes de que se fueran", detalló el realizador, cuya película se llevó el premio 'Un certain regard' en el último festival de Cannes.

Más de 3.000 bandas en Irán

En el filme, Ashkan y Negar (Ghobadi mantuvo los nombres reales de los músicos) son invitados a un festival en Londres, pero no tienen una banda ni visados para salir de Irán. Con la ayuda de Nader (Hamed Behdad), una especie de productor musical, intentan saltarse a la burocracia y recorren Teherán buscando músicos para su grupo en sitios clandestinos, puesto que el régimen iraní no permite que se toque ciertos tipos de música, especialmente la influenciada por las canciones occidentales.

Del 'rap' al 'heavy metal', los tres van descubriendo sonidos considerados "impuros" por el régimen e intercambian impresiones con músicos reales, seleccionados por Ghobadi. "Hay más de 3.000 bandas en Irán, gran parte actuando clandestinamente", matizó el director.

El título de la película también tiene que ver con prohibiciones, ya que no es permitido salir a la calle con perros o gatos. El director compara los gatos persas, tan valiosos, a los jóvenes protagonistas, que no tienen la libertad de tocar su música.

"No disfruto dirigiendo"

Ghobadi confesó que la película le sacó de una depresión que tuvo durante tres años por no conseguir una autorización para filmar fuera de Irán. "No disfruto haciendo películas porque el proceso para conseguir los permisos es agotador. Hay que machacarse, mentir y humillarse para conseguirla", detalló el realizador de Las tortugas también vuelan (2004) y Media luna (2006), ambas premiadas con la Concha de Oro en el Festival de San Sebastián.

Encarcelado por haber criticado al presidente del país, Mahmud Ahmadineyad, Ghobadi reveló que es común que cineastas vayan a la cárcel y que después que arrestaron a su novia, Roxana Saberi (también guionista de la película), "no podrá pasar por nada peor". "Ya no tengo miedo a decir nada fuera de Irán", concluyó.

Haz clic aquí para ver el tráiler de Nadie sabe nada de gatos persas
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