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Terrence Malick no acudió al Festival de Venecia
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03/09/2012
VENECIA, 3 (Reuters/Ep) Terrence Malick divide a la opinión como ningún otro director hoy día, y To the Wonder, su historia impresionista y casi sin diálogos sobre el amor y la fe, fue abucheada al mismo nivel que fue aclamada en el festival de cine de Venecia.
La película es la segunda del director estadounidense en los últimos dos años, después de -la también magistral para unos, infumable para otros- El árbol de la vida, con la que ganó la Palma de Oro a la mejor realización en Cannes en 2011.
To the Wonder compite con otras 18 cintas por el máximo galardón en Venecia, el León de Oro, aunque será toda una sorpresa que gane en la ceremonia de clausura del próximo sábado.
Malick, siempre huidizo, no acudió a Venecia para promocionar su película antes de su estreno en la alfombra roja, pero lo que sorprendió más es que de los protagonistas sólo la actriz Olga Kurylenko acudiera a las entrevistas y posados para los fotógrafos. Las estrellas Ben Affleck, Rachel McAdams y Javier Bardem no estuvieron presentes, lo que añade un sentimiento de anticlimax a uno de los títulos más esperados del festival.
To the Wonder se centra en una pareja profundamente enamorada pero incapaz de convivir, formada por Affleck y Kurylenko, la actriz ucraniana conocida por su papel en la película de James Bond Quantum of Solace. La joven deja París para irse a una pequeña localidad de Estados Unidos y tras tratar de adaptarse a su nueva vida, decide volver a Francia.
El personaje de Affleck tiene una aventura con una vieja amiga, interpretada por McAdams, antes de que se reavive la llama de su amor. El actor español Javier Bardem interpreta a un sacerdote con una crisis de fe, extendiendo la historia al reino del espíritu, desde el físico y emotivo.
Críticas
Sin embargo, lo más controvertido de To the Wonder no es la trama. Con apenas unas palabras como diálogo, está llena de voces de fondo de los personajes con frases como 'El mundo está tan lejos, un fantasma, cenizas' o 'El amor nos hace uno, dos, uno'. Affleck es virtualmente frío, la cámara da vueltas en torno a sus experiencias, hay muchas imágenes de cerca de su rostro al sol, y los personajes bailan, danzan y giran en campos, parques y jardines.
Las primeras críticas fueron verdaderamente variopintas. "Aunque se puede ver de algún modo la técnica lograda de Malick, en su mayoría se pierde, especialmente en la laboriosa segunda hora, cuando aparecen bosquejos visuales sin objetivos temáticos centrados", escribió Todd McCarthy en 'The Hollywood Reporter'.
"En la actualidad, sin un distribuidor local, este film enervante tendrá problemas para llegar a la audiencia en cualquier mercado", añadió. Por contra, 'Variety' la calificó de "embelesadora" y "obra de un cineasta que no ha perdido su capacidad para conmover y sorprender".
Malick probablemente no se preocupe mucho por las opiniones. Según su productora, Sarah Green, que vive en Venecia, no lee las críticas y está demasiado ocupado haciendo películas. El mundo tuvo que esperar 20 años entre su película de 1978 Días del cielo y La delgada línea roja (1998), y el cineasta de 68 años apenas ha sacado seis cintas en casi 40 años, lo que añade cierta mística a su obra.
VENECIA, 3 (Reuters/Ep) Terrence Malick divide a la opinión como ningún otro director hoy día, y To the Wonder, su historia impresionista y casi sin diálogos sobre el amor y la fe, fue abucheada al mismo nivel que fue aclamada en el festival de cine de Venecia.
La película es la segunda del director estadounidense en los últimos dos años, después de -la también magistral para unos, infumable para otros- El árbol de la vida, con la que ganó la Palma de Oro a la mejor realización en Cannes en 2011.
To the Wonder compite con otras 18 cintas por el máximo galardón en Venecia, el León de Oro, aunque será toda una sorpresa que gane en la ceremonia de clausura del próximo sábado.
Malick, siempre huidizo, no acudió a Venecia para promocionar su película antes de su estreno en la alfombra roja, pero lo que sorprendió más es que de los protagonistas sólo la actriz Olga Kurylenko acudiera a las entrevistas y posados para los fotógrafos. Las estrellas Ben Affleck, Rachel McAdams y Javier Bardem no estuvieron presentes, lo que añade un sentimiento de anticlimax a uno de los títulos más esperados del festival.
To the Wonder se centra en una pareja profundamente enamorada pero incapaz de convivir, formada por Affleck y Kurylenko, la actriz ucraniana conocida por su papel en la película de James Bond Quantum of Solace. La joven deja París para irse a una pequeña localidad de Estados Unidos y tras tratar de adaptarse a su nueva vida, decide volver a Francia.
El personaje de Affleck tiene una aventura con una vieja amiga, interpretada por McAdams, antes de que se reavive la llama de su amor. El actor español Javier Bardem interpreta a un sacerdote con una crisis de fe, extendiendo la historia al reino del espíritu, desde el físico y emotivo.
Críticas
Sin embargo, lo más controvertido de To the Wonder no es la trama. Con apenas unas palabras como diálogo, está llena de voces de fondo de los personajes con frases como 'El mundo está tan lejos, un fantasma, cenizas' o 'El amor nos hace uno, dos, uno'. Affleck es virtualmente frío, la cámara da vueltas en torno a sus experiencias, hay muchas imágenes de cerca de su rostro al sol, y los personajes bailan, danzan y giran en campos, parques y jardines.
Las primeras críticas fueron verdaderamente variopintas. "Aunque se puede ver de algún modo la técnica lograda de Malick, en su mayoría se pierde, especialmente en la laboriosa segunda hora, cuando aparecen bosquejos visuales sin objetivos temáticos centrados", escribió Todd McCarthy en 'The Hollywood Reporter'.
"En la actualidad, sin un distribuidor local, este film enervante tendrá problemas para llegar a la audiencia en cualquier mercado", añadió. Por contra, 'Variety' la calificó de "embelesadora" y "obra de un cineasta que no ha perdido su capacidad para conmover y sorprender".
Malick probablemente no se preocupe mucho por las opiniones. Según su productora, Sarah Green, que vive en Venecia, no lee las críticas y está demasiado ocupado haciendo películas. El mundo tuvo que esperar 20 años entre su película de 1978 Días del cielo y La delgada línea roja (1998), y el cineasta de 68 años apenas ha sacado seis cintas en casi 40 años, lo que añade cierta mística a su obra.
