Eduardo Noriega estrena este viernes la película 'El último desafío'
El actor opina sobre su experiencia de rodar y trabajar junto Arnold Schwarzenegger
MADRID, 28 (EUROPA PRESS) El actor Eduardo Noriega estrena este viernes la película El último desafío, en la que ejerce de villano mexicano frente al poderío de un Arnold Schwarzenegger definitivamente de vuelta a la gran pantalla como en los viejos tiempos.
"Es un tipo muy cercano, con mucho sentido del humor, se nota que viene de la cosa pública y de la política, es un tipo encantador, amable, simpático, siempre está rodeado de gente y se ríen de lo que dice. Tiene mucho encanto y mucha capacidad de seducción, no entra en ningún tema controvertido o espinoso lo cual demuestra que es un buen político y en las distancias cortas gana mucho", ha planteado el actor español en declaraciones a 'Europa Press'.
Para Noriega, Arnold "tiene esa cosa de político seductor que a lo mejor no compartes una idea política pero sin embargo te gana en las distancias cortas". "Además estaba muy contento con volver, muy a favor de obra, en ningún momento me dijo cómo tenía que hacerlo o dirigirme, él era un actor más de tú a tú, era muy normal. Y muy generoso por su parte, me parece", ha añadido.
Sobre su participación en la cinta, Noriega ha admitido que espera que le "abra puertas", no únicamente para hacer de villano, sino también otros papeles, al tiempo que reconoce que los papeles de malos los interpretan actores que no son estadounidenses por una simplificación de la "industria del divertimento: el bueno es el de casa y el malo es el de fuera".
"Es cierto que últimamente los españoles hacen de malos porque aunque en la sociedad americana conviven muchas razas y religiones, no está incorporado al cine todavía. El chicano hace de chicano, todavía no hay protagonistas chicanos sin que se un estereotipo del malvado narcotraficante, pero todo llegará, espero, igual que hay un presidente negro que era impensable hace tiempo", ha argumentado.
El actor español ha confesado también que le divierte "hacer de malo", más aún en el caso de El último desafío, en el que su personaje es un "villano clásico sin un resquicio, sin fisuras". Así, ha indicado que este tipo de villanos tienen tirón porque son algo así como una "relación de amor-odio con lo prohibido, con lo que uno no es, con lo que uno querría ser".