Leonardo DiCaprio adquiere el piano de 'Casablanca'
El actor donará el valioso instrumento al museo de arte de Los Ángeles
MADRID, 18 (EUROPA PRESS) Leonardo DiCaprio es uno de los compradores que el pasado fin de semana adquirieron por 600.000 dólares (unos 455.000 euros) el piano de Casablanca en la subasta organizada por Sotheby's. Una pieza emblemática de la historia del cine que DiCaprio y su socio piensan donar al Museo de Arte de Los Ángeles.
El piano usado en el clásico de Michael Curtiz, del que ahora se cumplen 70 años, no alcanzó las expectativas en la subasta, ya que las previsiones de Sotheby's apuntaban una cifra superior al millón de dólares.
La casa de subastas había asignado al icónico instrumento un precio estimado de entre 800.000 dólares y 1,2 millones de dólares, teniendo en cuenta los astronómicos precios pagados por objetos aparecidos en la película en los últimos años.
El piano en el que el actor y cantante Dooley Wilson interpretó 'As Time Goes By' en la cinta protagonizada por Humphrey Bogart e Ingrid Bergman fue vendido por 602.500 dólares con comisión incluida.
En un primer momento, la casa de subastas no identificó al comprador, pero ahora sabemos que han sido DiCaprio y su amigo Stewart Rahr, un hombre de negocios también multimillonario. La intención de los propietarios de la reliquia cinéfila es donarla al Museo de Arte de Los Ángeles.
En Casablanca, el personaje Sam (Dooley Wilson) toca la canción 'As Time Goes By' durante las escenas de 'flashback' en París, además de en el bar de Bogart en la ciudad de Casablanca, donde éste y Bergman reavivan su romance.
Una cita errónea y un pianista inexperto
Es entonces cuando Bergman pronuncia la frase: "Tócala, Sam, dejarme recordarla". Una cita que ha pasado a la posteridad como "Tócala otra vez Sam", una frase que nunca salió de la boca de Bergman.
Pero lo más curioso de esa escena es que Dooley Wilson en la vida real era solo cantante y no sabía tocar el piano. Sotheby ya vendió el piano usado en los 'flashbacks' de París a un coleccionista japonés en 1988 por un precio 154.000 dólares, uno de los más altos pagados por un objeto de una película por aquel entonces.